viernes, 3 de septiembre de 2010

Juventud

Desde la distancia se observa un camino lleno de flores de mil colores que con el pasar de los minutos, los meses y los años se marchita de manera fugaz, dejando en evidencia que la neblina se desvanece, que la belleza es efímera y que cada ser humano es capaz de desperdiciar su juventud de la manera mas absurda posible.


Al analizar las flores del campo podemos verlas marchitas, deshojadas y sin esplendor ¿qué les paso? Cada generación perdió el sendero que los conducía al verdadero honor de vivir, gozar y triunfar. Joven tras joven llena sus pasos de espinas y piedras las cuales terminan por ahogar su bella juventud. Marcándola con malas decisiones semillas de drogas, avaricia, placer y desenfreno.


Solo reflejan dolor, un sabor tan amargo como el ajenjo capaz de ser el espejo de experiencias inadecuadas o de modelos que jamás debemos seguir. Una herida tan profunda que no se convierte solo en su dolor, sino en el de sus padres que con constante zozobra
Se preguntan:
“¿Qué fue lo que hice mal?””¿En qué me equivoque?”
La tristeza de varias almas en ver a sus generaciones sumida en los placeres y vicios de esta vida, estancados en el lodazal
Olvidando su futuro, sus familias.
Dejando de lado todo lo verdaderamente valioso y el sentido de vivir.

Marcados como si se tratase de una maldición
La gran mayoría, sigue en el barco de la perdición.

Hoy joven te pedimos
Recapacites, vuelve hacer el orgullo
De tu familia, permítete a ti mismo recuperar
Tu amor y tu resplandor
Conviértete en la luz que guíe un nuevo
Sendero, lleno de razón y sensación.



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