viernes, 17 de septiembre de 2010

LA MUERTE DE UNA FLOR

Entre los escombros
De un terremoto
Yacen las ruinas de un amor.
Volví a sembrar una rosa
Y aunque la cultive
Muy pronto se marchito.

Con esmero la cuide
Prestándole toda mi atención,
Pero mi corazón
Amor no le brindo.
Porque de aquel terremoto
Hasta mi fe se quebró.

En la agonía de mi corazón
Solo la tristeza y la soledad.
Ya incapaz de sentir, amar y gozar
No existe la ilusión
De volverme a enamorar.

Este dolor interno
No es castigo divino
Son los escombros
Que causa una herida de amor.

Como puedo darle alegría a mi corazón
Quitarle la agonía de esta decepción
A ser que florezca su esplendor;
El mas grande y tierno amor.

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